La criminalística, es la especialidad creada por el doctor “Hans Gross”, en Graz Austria (provincia de Gratz), en 1892 (según Hans Goppinger y dada a conocer en 1894 mediante la publicación de “el manual del juez”, en España) y traída a América latina en 1900; sin embargo sus antecedentes son mucho más antiguos. Los orígenes más claros precursores de la criminalística, se ven en la icnofalangometría, lo que hoy se conoce como “dactiloscopia” que a su vez puede remontarse (de manera verificable) hasta el año 650, año en que se sabe, los chinos ya utilizaban las impresiones dactilares en sus tratos comerciales.
Otros estudios conocidos similares devienen de una de las primeras investigaciones formales sobre las impresiones dactilares a cargo del doctor Nehemiah Grew, del colegio de físicos y cirujanos de la real sociedad de Londres en 1684. El doctor Boucher, en 1753 realizó estudios sobre balística convirtiéndose éste, en el precursor de la disciplina “balística forense”.
En 1840, el italiano Orfilia creó la toxicología, disciplina que Ogier continuara desarrollando para 1872, esta en particular marcón un gran avance, pues permitía a los jueces analizar pruebas de manera empírica en los casos de crímenes en los que se veían involucradas sustancias venenosas.
En 1822 en parís, se creo el servicio de identificación judicial por Alfonso Bertillón haciendo uso del método antropométrico el cuál se adoptó de manera oficial hasta 1888, incluyéndose también el uso del retrato hablado.
El uso de pruebas y evidencias empíricas más confiables se fueron aportando durante los juicios de manera cotidiana para obtener resultados verdaderamente satisfactorios y aunque, como se puede apreciar en esta muy breve historia, la criminalística tiene origen en una muy larga historia, pero el merito de la disciplina completamente constituida seguirá recayendo en el doctor Johann Baptist Gustav Gross, (Hans Gross).
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http://www.hansgross.com.pe/